Consejos y Trucos

¿Cuándo y cómo retomar los buenos hábitos?

buenos hábitos

Retomar los buenos hábitos no es simplemente una cuestión de fuerza de voluntad, como muchas veces se cree. En realidad, se trata de estrategia, claridad y constancia.

Hay momentos en la vida en los que sentimos que nos hemos desviado del camino, que dejamos de lado prácticas que antes nos hacían bien: comer mejor, mover el cuerpo, dormir a tiempo, meditar, leer… y nos preguntamos: ¿cuándo es el mejor momento para retomar? ¿y cómo hacerlo sin fracasar al poco tiempo?

La respuesta más honesta es que no existe un momento perfecto. El mejor instante para volver a empezar es cuando tomamos consciencia de que algo cambió, y decidimos actuar con intención.

Aunque muchas personas prefieren esperar al lunes, al inicio del mes o al fin de las vacaciones, lo cierto es que cualquier día puede ser el indicado si viene acompañado de claridad y decisión. Ahora bien, más importante que el «cuándo», es el cómo. Y ahí es donde suele estar el verdadero reto.

Retoma los buenos hábitos

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Volver al por qué

Antes de lanzarnos a retomar cualquier hábito, es fundamental reconectar con el motivo detrás de él. ¿Por qué queremos hacerlo? ¿Qué necesidad personal estamos intentando cubrir? Un hábito sostenido en un “por qué” auténtico tiene muchas más probabilidades de mantenerse en el tiempo. No es lo mismo decir “quiero comer sano” que decir “quiero sentirme con más energía para rendir mejor en el trabajo y disfrutar mis tardes en paz”.

Empezar por lo mínimo

Uno de los errores más comunes al retomar un hábito es intentar volver al mismo nivel donde lo dejamos. Si antes entrenábamos una hora al día, queremos retomar con la misma intensidad… pero el cuerpo y la mente ya no están en ese ritmo. La clave está en empezar pequeño, incluso ridículamente pequeño. Diez minutos de movimiento, cinco páginas de lectura, un vaso de agua por la mañana… lo importante es volver al gesto, al símbolo, no al rendimiento.

Menos es más

Intentar recuperar todos los buenos hábitos de golpe suele ser una receta para la frustración. Lo más efectivo es elegir uno o dos, preferiblemente aquellos que actúan como “hábitos ancla”, es decir, que al activarlos, generan una cadena de efectos positivos. Por ejemplo, dormir mejor puede ayudarte a tener más energía para entrenar, concentrarte mejor y comer más conscientemente.

Aprovechar lo que ya haces

Un recurso muy útil para retomar hábitos es asociarlos a rutinas que ya tienes incorporadas. A esto se le llama “apilamiento de hábitos”. Por ejemplo, si ya tienes el hábito de lavarte los dientes todas las mañanas, puedes aprovechar ese momento para hacer una breve meditación de dos minutos, o para estirar el cuerpo. El cerebro acepta más fácilmente los cambios cuando no implican construir desde cero.

Normalizar los tropiezos

Es inevitable que en algún momento faltes un día, o varios. Y eso no significa que hayas fallado. El progreso real no se mide en una línea recta perfecta, sino en la capacidad de volver a empezar después de interrumpir. Prepararte mentalmente para esos momentos —y no dramatizarlos— es tan importante como planificar los días buenos.

Reforzar lo positivo

Celebrar lo que haces bien, por mínimo que parezca, le da al cerebro un mensaje claro: esto vale la pena, repítelo. No hace falta una gran celebración, basta con reconocer el pequeño logro: tachar el día en un calendario, escribir una nota breve en un diario, o simplemente decirte: “lo hice, avancé hoy”.

Facilitar el entorno

Los buenos hábitos necesitan un entorno que los favorezca. Si quieres beber más agua, deja una botella a la vista. Si quieres volver a leer, deja el libro cerca de la cama. Si quieres retomar el ejercicio, prepara tu ropa deportiva la noche anterior. Lo que está al alcance se hace más accesible. Lo que no se ve, se olvida.

Retomar los buenos hábitos es una forma de volver a ti, de reconectar con lo que sabes que te hace bien. No se trata de hacerlo perfecto, ni rápido. Se trata de hacerlo con intención, con amabilidad hacia ti mismo y con la consciencia de que los pequeños pasos sostienen los grandes cambios.

Empieza hoy, con lo mínimo, con lo que puedas, y sigue desde ahí.

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